¿Qué es "tiempo geológico"? Tiempo geológico es el término que se aplica para denominar a los inmensos periodos de tiempo que ha necesitado la tierra y la vida para evolucionar y transformarse. De ese modo hablamos de miles de millones de años para explicar los cambios en nuestro planeta.
Sabemos que la vida tiene increíbles recursos a la hora de perpetuarse en el tiempo. Su herramienta se llama evolución. Los factores que condicionan la evolución son tales como la selección natural, la deriva genética, la mutación y la migración o flujo genético. Pero ante todo sabemos que la evolución requiere de tiempo, más concretamente tiempo geológico.
"Evolución Tóxica" es el título de mi nueva obra en curso. En ella centro mi esfuerzo en la creación de un animalario ficticio, en inventar seres imaginarios.
El inventar animales no es nada nuevo, la mitología griega es una de las primeras muestras en esta línea (minotauro, grifo, fauno...) también lo son los dragones de la edad media y los fantásticos seres de los relatos populares de la cultura Nórdica. Sin ir más lejos tenemos una muestra genial en la obra del artista Joan Foncuberta y sus trabajos en "Herbarium" y "Fauna" en la década de los 80, donde según sus palabras "vagabundea en los confines de la realidad y la ficción" sin dejar de lado el humor. También hay que mencionar el fantástico libro de Javier Sáez Castán y Miguel Murugarren "Animalario universal del Profesor Revillod" donde puedes componer animales increíbles jugando con el orden de las hojas, o en el célebre libro de Borges "Manual de zoología fantástica".
En mi caso, utilizo esta idea para explicar y criticar una realidad. Mis animales no son simple fruto de un capricho creativo. En "evolución tóxica" evoco a la lucha entre la naturaleza y los modernos agentes tóxicos artificiales que provienen de los desperdicios humanos. Centro mi interés en los seres vertebrados y en cuál será su respuesta evolutiva ante un medio cambiante, infectado de sustancias que les afectan de manera impredecible. Elementos artificiales que catalizan cambios en su organismo en periodos muy cortos de tiempo y su batalla contrarreloj para adaptarse.
Estos animales (quizás ubicados en un futuro próximo) jugarán a estar en un término medio entre lo posible y lo imposible, lo real y lo imaginario, lo grácil y lo tortuoso. Su extraña morfología es fruto de la contaminación que les causa incontrolables mutaciones genéticas. Son en definitiva víctimas ficticias del capricho e irresponsabilidad del hombre moderno, como es el caso real de tantas especies en peligro hoy en día.
La radioactividad provoca en sus pelajes hermosas iridiscencias, la transgénesis los dota de extremidades de elegante extravagancia. En ese futuro no muy lejano, extraños peces con alto contenido en mercurio nadarán en ríos y mares, animales de un tercer sexo engendrarán de una manera original. Elefantes con plumas, ovejas bípedas, reptiles peludos, anfibios rumiantes, lagartijas bicéfalas y topos con ojos luminosos....
Quiero remarcar que hay en la evolución biológica y natural de los animales una elegancia intrínseca. Se puede apreciar en la eficacia de los cuerpos, en sus movimientos... basta con ver galopar a un caballo, o el salto de la liebre o la estructura y diseño del plumaje de las aves. Esa gracilidad es un elemento al que pretendo dar importancia en la representación de mi animalario en "Evolución tóxica". Estas bestias también serán elegantes a pesar de sus taras biológicas. Habrán conseguido erguirse y caminar. Intentarán ser creíbles en su capacidad de movimiento. Puede que incluso su componente tóxico los dote de una espectacularidad artificial de difícil gestión, traspasando los límites de lo "habitual"...
En cuanto a la forma, pretendo centrarme en la anatomía de dichas bestias y en jugar a hacerlas totalmente creíbles. Para ello estoy utilizando lo que yo llamo "un falso formato científico". He dedicado los últimos 3 años a recolectar huesos de todo tipo y de todo tipo de animal. Tengo en mi haber huesos de toro, vaca, caballo, jabalí, buitre, búfalo africano, antílope, elefante, avestruz y cordero entre otros.
Para conseguir la materia prima de mi nueva colección he tenido que desenterrar animales muertos o recolectar huesos de cadáveres en los lugares más inhóspitos, así como aprender las técnicas básicas de taxidermia para desprender la carne del hueso y limpiar éstos de impurezas. La colección se asemejará a una muestra científica de paleontología o zoología.
Un mar de desperdicios quizás proyectados en paredes o reproducidos físicamente en el espacio expositivo entrará en conflicto con los animales y nos ayudará a comprender la intención de la exposición.
Estos animales que construyo son seres averiados, degenerados, carentes de lógica y sobre todo infelices desconocedores de su suerte y de su incierto futuro, pero que luchan de manera auténtica por seguir viviendo, como lo hacen todos los animales que habitan en nuestro planeta. Podrán parecer elegantes, pero difícilmente serán sanos y duraderos... Tienen las taras lógicas de no provenir del curso natural de la evolución sino del capricho del hombre... Y aquí planteo la pregunta que resume la intención de mi trabajo:
¿Puede la vida evolucionar sin tiempo geológico? ¿Será la naturaleza tal como la conocemos capaz de tratar con todos los desperdicios que vertimos o sucumbirá a los desastres medioambientales? La respuesta está contenida en una palabra: "EVOLUCION"
Este ejercicio creativo surge de una sensación creciente que tengo de suciedad, toxicidad, enfermedad y tumor que me afecta a mí como ser humano y la naturaleza en general y que procede del hombre. Mercurio, cáncer, mutación, ácidos, baterías, transgénicos, petróleo, deformación, asfalto, conservantes, colorantes, sociedad de consumo, radioactividad, cambio climático, plástico, polución, CFC.... son los conceptos creadores de estos seres.
Una triste y delirante selección de prototipos transgénicos. Ingenios de una naturaleza tóxica evocados al fracaso. Infelices seres que brillan con grande y efímera intensidad. Precoces reliquias evolutivas condenadas a extinguirse. Y así andarán como reyes resplandecientes entre bolsas de basura...